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Prólogo

El viaje de las raíces en el “Territorio Narrado”

La Región de Los Ríos, con sus lluvias incansables; ríos y lagos; su bosque valdiviano, único en el planeta; humedales llenos de vientos; volcanes repletos de secretos y una geografía diversa, es un territorio donde las raíces viajan por la tierra y recorren la historia, cultura y memoria de quienes la habitan.

Aquí, en “Territorio Narrado”, encontraremos trece crónicas que, desde las provincias de Valdivia y El Ranco, trazan un mapa íntimo con letras que brotan para no olvidar a sus habitantes y entorno. En cada relato las raíces vivas de la naturaleza y cultura moldean el alma y llevan el aroma de nuestra Región.

Delante del mundo, en los días y noches de “En la ciudad de la lluvia”, las raíces descansan en el agua limpia, serena y subterránea, y se nutren de la lluvia que define la identidad de Valdivia. Con y sin paraguas nos alegramos todos. Las gotas de lluvia, en el pasado y en el presente, son mucho más que agua.

Las raíces emprenden su travesía en la nostálgica oscuridad del suelo. “El tesoro de Mariquina brilla bajo tierra” nos recuerda que el oro permanece en el vientre de Mariquina y en las manos de los últimos pirquineros. El dulce tesoro de la memoria sigue entretejido con hilos de agua.

En medio del noble paisaje de Panguipulli, las raíces abrazan la tierra volcánica, dibujando un camino entre el ardor subterráneo y el desnudo cielo. En “Luces y sombras del Rukapillán”, la vida ocurre entre lava y ceniza, entre dolores y resiliencia, entre la sabiduría mapuche y el diálogo con el Pillán. Hoy, el recuerdo perfuma el cielo del Cristo Negro de Coñaripe.

Cuando los años detuvieron al ferrocarril en Lanco, las raíces cargaron el silencio de los antiguos madereros y habitantes. “Una historia de despojos, trenes y fuego: auge y caída de la industria maderera en Lanco”, sostiene la historia de una comuna que se consolidó con la explotación de la madera, pero también sufrió el dolor del despojo, visible en el paisaje y en las vidas de quienes lo vivieron.

Llega un momento en que las raíces se conmueven al mismo tiempo. En el territorio Lafkenche de Corral, en “Flor de Chilko”, las letras se detienen un instante para conocer los secretos del Lawen. La sanación en manos femeninas es la herencia de sus antepasados. Las sanadoras ven más allá del bosque, más allá del mar, más allá del viento y el cielo. Los saberes residen en su espiritualidad, entre el cuerpo, la tierra y la comunidad.

Así como los árboles anclan el pasado al presente, los fósiles revelan los secretos de ecosistemas antiguos. “Los tesoros del río San Pedro” nos invita a conocer las raíces de un bosque, incluyendo hojas, semillas y flores impresas en roca, que existieron hace millones de años en la comuna de Los Lagos. Hoy, estos fósiles son objeto de investigación y proyectos turísticos, pero además simbolizan nuestra responsabilidad por comprender la tierra y la importancia de preservar la identidad.

“Máfil, la comuna parada en los hombros de gigantes” es joven, pero cuyas raíces fueron testigos de los primeros asentamientos mapuche-huilliches previos a la llegada de los españoles. También vivenciaron la explotación minera y agrícola, la llegada del ferrocarril, el arribo de los colonos europeos y el progreso de la comuna. Con sus calles tranquilas, entorno natural y su gente, Máfil recuerda su pasado y proyecta el porvenir.

En Paillaco, por muchos años, existió una residencia patronal que fue destruyéndose con el paso del tiempo. “Historias detrás de la casona de El Llolly”, desanuda las raíces para conocer el pasado y decir con sencillez que su restauración refleja el poder del patrimonio y el trabajo comunitario.

Un día de sol, es un paraíso en Lago Ranco; un día de lluvia, da paso a otros retratos de igual belleza. En “Los senderos del Parque Futangue: donde lo remoto se volvió accesible”, las raíces de sus bosques cubren el paisaje. La conservación y amor por la naturaleza confluyen y honran la biodiversidad de la Región. Quien visita el parque crea un verso al paso del aire.

Muy cerca, las raíces viajan a la tierra del humo, Futrono, y se detienen en “La buena comida antigua”. Es la cocinería Küme Yeal, ubicada en Llifén. Estas raíces toman la forma de hierbas frescas, frutos locales y recetas ancestrales que preservan los saberes del kume mogen, el buen vivir. Cada plato es una experiencia culinaria que honra la cocina mapuche.

Avanzamos por las aguas subterráneas hasta Río Bueno. Allí, la raíz conoce al Padre Tadeo. En sus manos, la sanación transforma la vida y abre puertas. “Las aguas milagrosas del padre Tadeo” narra el legado del fraile alemán que utilizó la hidroterapia y medicina natural. Nunca fue un secreto que las raíces fluyeron como los ríos que inspiraron su método.

La vida discurre en La Unión con “Días de radio”, ondas que entretejen la memoria y nos recuerdan las raíces de todo. Es una crónica acerca de la emisora más antigua de la Región. Desde 1957 transmite Radio Concordia de La Unión. Cada palabra ha transmitido historias, música y valores a la comunidad. De sus décadas quedan buenos recuerdos y la magia de la radio en el sur.

En el suelo de nuestra Región, las raíces se abrazan en la crónica regional “Cosechas de la memoria: la recolección de hongos en el bosque”. Bajo el manto de la lluvia y la humedad, donde crece la vida a ras de suelo, los hongos surgen como el tesoro efímero de la tierra. En las manos del recolector, hay alimento ancestral y también el espíritu del bosque.

“Territorio Narrado”, reúne trece crónicas narrativas que reclaman lo suyo: un territorio con historias locales que emergen de raíces que nos invitan a redescubrir la Región de Los Ríos y sus comunas, donde el pasado y el presente convergen en un diálogo incesante. Aquí, las historias son como las raíces: profundas, diversas y esenciales para comprender quiénes somos.

Sandra Leiva Poveda
Presidenta Regional
Consejo Regional Los Ríos
Colegio de Periodistas de Chile